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jueves, 3 de junio de 2010

GUSTAVO CERATI: EL EGO VA ESTALLAR

No hay duda de que Gustavo Cerati es un icono de la musica rock de apartir de finales de los 70 hasta la actualidad es que con el solo hecho de mencionar soda stereo se nos viene a la mente un monton de exitos aca reprodusco una nota hecha por el domingo del comercio sobre este genio de la musica.

En Argentina, le decían: ¡Cerati sos Dios! Él respondía con sus frases desconcertantes, “Dios es bipolar”. El músico argentino permanece en estado crítico tras la crisis cardiovascular que sufrió en Venezuela. Su cuerpo no ha podido soportar su hiperactividad musical. Tampoco vicios que moderó solo después de Soda Stereo, la magistral banda que lo lanzó al estrellato.


 Antes de caer derrumbado en los camerinos del campo de la Universidad Simón Bolívar, en Caracas, Gustavo Cerati Clark abrió el show interpretando “Fuerza Natural”, un tema cuya letra escondía su verdadero estado de salud: “Tengo todo por delante/ Nunca me sentí tan bien”. Tres horas después una crisis cardiovascular sacaría a la luz la verdad. Parte de su cerebro se quedó sin irrigación sanguínea por el bloqueo de una arteria. Hoy continúa en estado crítico. Su vida orgánica probablemente ya no corra peligro, pero la artística sí. La lesión cerebral podría afectar su talento vocal. ¿Adiós a la voz glamorosa? Millones se resisten a creerlo. 

El diario Clarín de Buenos Aires publicó días atrás una carta de Zeta Bosio, su ex compañero de aventuras en Soda. Allí el bajista prende una luz de alarma y reflexiona sobre la vulnerabilidad de los artistas que se creen dioses en el escenario. “A veces… no tenemos límites claros… Uno no tiene conciencia de los límites que vive el cuerpo. Las giras agotan y los chequeos médicos importan poco… Que esto sea un aviso para tener en cuenta”. 

 Cinco años atrás, en el preámbulo de otra larga gira, comenzó a sentir dolores y calambres en una pierna. El diagnóstico fue trombosis, un coágulo de sangre le congestionó los vasos sanguíneos. Era una suerte de grumo y pudo subirle hasta el cerebro y matarlo. Le recetaron reposo y cancelaron las presentaciones. Semanas antes del incidente, guiado por la intuición, dejó el cigarrillo, un vicio que lo consume desde los 18 años. Luego volvió a fumar. Desde entonces mantiene una media de 40 puchos por día. Cantar “Camuflaje” lanzando bocanadas forma parte de la magia.

Imágenes retro

Apretó otra vez el acelerador en el 2007 con la reunificación de Soda Stereo. La gira “Me Verás Volver” recorrió diez países de América. Tres meses de adrenalina y excesos. El sábado 8 de diciembre tocó en Lima. Un Cerati balbuceante interpretaba “Te hacen falta vitaminas”,  a causa de todos los piscos que llevaba encima. La fiesta terminó con el sol arriba, en la discoteca Nébula de Miraflores, con música de Killing Joke. Marcelo Fernández Bitar, uno de sus biógrafos, sostiene que el cantante no es un santo, pero tampoco lleva un estilo de vida tan descontrolado. En Argentina hay ejemplos más extremos que él, dice. Cerati se declaró un ex convicto de la cocaína. “Esas cosas ya pasaron, sentía que mi vida se iba a la porra. Ahora me cuido mucho”, confesó alguna vez a una periodista peruana. Pero esta rutina licenciosa podría ser solo el detonante para un cuerpo sometido también a una hiperactividad musical. Una sobredosis de exigencia dictada por un ego creador. En mi salvaje corazón/ los vicios no son del cuerpo .

Con Zeta y Alberti

En la universidad de San Salvador conoció a Zeta Bosio. Ambos estudiaban Publicidad. Formaron Soda después de varios intentos. En uno de ellos estuvo Andrés Calamaro. Después llegó Charly Alberti. La trayectoria de Soda es conocida. Giras extenuantes fuera de Argentina, dinero, fama, mujeres. La banda se puso vallas muy altas: publicar un disco por año. Cerati escribió las letras de “Signos”, su álbum más famoso, en una noche. Cuando comenzó a perder el encanto por la banda se embarcó en proyectos personales. La percepción afuera coincidía: Gustavo estaba a años luz de sus dos compañeros. Un artista con mucha sed.

Experimentos con la electrónica, ejercicios sinfónicos, vuelta a las guitarras enchufadas y desenchufadas. Su primera gran obra fue “Colores santos” (1992), un disco hecho a dúo con Daniel Melero, otro genio musical argentino. El matrimonio con la chilena, Cecilia Amenábar, lo obligó a residir una temporada en Chile. Ese lapso lo utilizó en delinear su debut en solitario con “Amor amarillo”. Soda comenzó a trabajar en “Sueño Stereo” el último disco en estudio, pero paralelamente Gustavo impulsaba Plan V, grupo de culto conformado por músicos chilenos. Después del “Gracias totales” de 1997, “Bocanada” ya estaba en marcha. “Si no está en el estudio, está de gira. Encaja en el perfil del trabajólico”, declaró alguien de su entorno.


Nació para esto

A mitad de camino con Soda Stéreo, Cerati comenzó a obsesionarse con la perfección. “Doble vida” se graba en Estados Unidos con Carlos Alomar, ex guitarrista de David Bowie. “Canción animal” y “Dynamo” son búsquedas ideales. El egocentrismo, inveterado en los argentinos, marca la pauta de la personalidad ceratiana. A estas alturas de su vida, el ex Soda no admite discusión con su música. Piensa que todo lo que hace es sublime. Rechaza las críticas a “Siempre es hoy”, un disco mal recibido por la crítica. Y llama “imbécil” a un periodista chileno que restó méritos a “Fuerza natural”. ¿Cuánta vanidad hay en Cerati? Su cuerpo no ha podido responder a ese ego artístico. Siempre soslayó esa frase que él mismo escribió en “Sueles dejarme solo”: Nena, nunca voy a ser un superhombre.


Cerca de Dios

Jorge Herrera, un legendario baterista de bandas arequipeñas, trató a Cerati en el lejano 86, cuando radio Panamericana promocionaba al grupo argentino por varias ciudades del interior del país. Herrera lo define como un tipo parco y puntual cuando se le pregunta sobre música. No entra en paterías y tiene actitudes soberbias. Un concepto distinto tiene Patrick O’Brien, ex editor de una revista surrealista, quien junto al escritor César Gutiérrez Rivas Plata, conversaron dos horas con el cantante en un bar de la calle San Francisco. La gira de Ahí Vamos (2007) recaló en Arequipa. Después del show, el artista paseaba con dos colombianas monumentales por el centro histórico arequipeño. Gutiérrez lo abordó y le hizo recordar ese desgraciado incidente ocurrido en el estudio Suipacha. En ese entonces el escritor trabajaba como periodista y tuvo el encargo de entrevistar al artista en Argentina. “Soy el inútil periodista de la grabadora que no funcionó”, recordó. Cerati sonrió y aceptó tomarse unas cervezas con Gutiérrez y sus amigos. O’Brien dice que esa noche se habló de literatura y de música. De las nieblas de la bohemia, Patrick rescata recuerdos borrosos. Se habló de  James Joyce, el escritor irlandés. “Yo no pude leer ‘Ulises’, apenas ‘Dublineses’”, dijo Cerati admitiendo la complejidad de la obra. La conversa era permanentemente interrumpida por fans que deseaban tomarse fotos. Cerati se cansó del manoseo y decidió retirarse.

FUENTE: Domingo, La Republica

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